A continuación se explica sucintamente cómo es la estructura del proceso de aprendizaje cuando el elemento central del mismo es una simulación sistémica.

En este caso, el eje del aprendizaje es la experimentación en uno o más simuladores que reproducen el funcionamiento de un sistema real, el mismo que se espera que los estudiantes lleguen a conocen en profundidad. Por su parte, los contenidos teóricos cumplen un rol complementario, de presentación de los conceptos básicos para poder interpretar el funcionamiento del sistema.

El objetivo central del proceso es que los estudiantes lleguen a dominar el funcionamiento del sistema real, a poder controlarlo, a comprender cuáles son los aspectos claves que influyen en él, a conocer qué tipos de situaciones anómalas pueden presentarse y de qué forma conviene enfrentarlas, a prepararse para actuar ante lo imprevisible y minimizar el impacto de los efectos no deseados.

El disparador del proceso, que estimula a los estudiantes a participar, es la necesidad de elaborar decisiones que se aplicarán en un sistema similar a la realidad y cuyos efectos serán perceptibles por ellos, sus compañeros y los docentes. En ello difiere substancialmente del disparador de un proceso de aprendizaje convencional que (aunque no se quiera) suele ser sólo cumplir los requisitos para aprobar el curso.

Esta forma de aprendizaje suele ser muy entretenida, similar a un juego, pues los estudiantes tienen la posibilidad de experimentar por sí mismos en vez de ser los receptores pasivos de información de los resultados de experimentos ajenos.

Generalmente, un curso basado en simulaciones sistémicas tiene tres etapas:

a) Introducción

1. Presentación de la actividad: propósito y objetivos.
2. Explicación de la experiencia que se vivirá, en cuanto al sistema en estudio.
3. Explicación de los aspectos prácticos de la experiencia: cómo es la simulación, reglas, etc.

b) Aprendizaje de grupos de conceptos claves

1. Introducción conceptual, destinada a que los participantes comprendan los fundamentos de lo que harán en la simulación. Se trata de una actividad de nivelación.
2. Etapa de exploración y profundización: los participantes experimentan en el simulador la aplicación de lo que van aprendiendo y tienen disponible información adicional para profundizar el estudio del tema. El uso de esa información es optativo.
3. Etapa de experiencia formal: estando cumplida la etapa de experimentación libre, los participantes deben realizar una experiencia controlada, en el mismo simulador. Puede ser una repetición de alguna de las instancias de experimentación previas. Esta etapa se requiere para certificar que efectivamente se están cumpliendo los requisitos del curso, y obra a modo de evaluación.
4. Etapa de expansión del conocimiento: se discuten en grupos las experiencias vividas por los participantes, para encontrar aspectos comunes. Cada participante expone sus conclusiones de la experiencia que vivió, las dificultades y dudas que encontró y las cosas nuevas que descubrió. Además, se investiga en nuevas fuentes de información que permitan comprender mejor los fenómenos observados.
5. Etapa de cierre conceptual: el docente presenta a los participantes una conclusión de la actividad.
6. Etapa de validación (eventual): aquí se supone que los participantes han dado un paso importante en el conocimiento, pero el mismo incluye algunos aspectos que no experimentaron personalmente. Se les da la posibilidad de experimentar nuevamente en el simulador, en forma libre, para verificar que lo que han aprendido es válido.

C- Cierre del curso

1. Se puede repetir una experiencia con simulador, tal que integre todo lo aprendido a lo largo del curso.
2. El curso se cierra de la forma convencional: con una síntesis por parte del docente y eventualmente una evaluación del aprendizaje logrado.

En la figura se observa la secuencia en que se producen esas etapas. Los cuadros amarillos corresponden a los pasos en que se emplean simulaciones.